Crónica de una visita (by parchis)

La Guindalera me olió a la sencillez del discreto portal que la acoge. Me olió a la cotidianeidad de la ropa tendida en el patio de luces enfrentado a su entrada, y también a la familiaridad de su reducido aforo. Era ésta una mezcla de aromas seductora, pero cuando la sala se tornó negra y Molly Sweeney cobró vida, estos olores se difuminaron en el ambiente y La Guindalera se inundó de un arrollador aroma a verdad.


Olía a verdad la Molly de María Pastor, mujer de portentosa capacidad de percepción a pesar de su ceguera, que termina inducida por la presión del entorno a normalizar su forma de experimentar el mundo. Olían a verdad los recuerdos infantiles de su aprendizaje sensorial, su rebeldía expresada en forma de danza salvaje, su desolación al despertar en un mundo de sombras, formas y colores desconocidos, y por supuesto, olía a verdad su redención final a la locura cuando, con el sentido de la vista recobrado, pierde la capacidad de comprender la realidad exterior.

Todos los halagos al trabajo de María que había leído se quedaron cortos ante su Molly, todo lo que yo pueda decir no servirá para hacerle justicia: es sobrecogedor el torrente de sensaciones que María transmite, es más, que María provoca en los espectadores. Sólo sentado en el patio de butacas de La Guindalera es posible entender a lo que me refiero.

Olía a verdad también el doctor Rice de José Maya, aferrado a Molly como al último clavo ardiendo que puede frenar su ineludible caída. Conmueve la realidad que hay en este hombre hundido, abandonado por su mujer y venido a menos como cirujano ocular, que, tentado por el reconocimiento profesional que un gran éxito le reportaría, se deja embaucar por el vehemente marido de Molly para llevar a cabo una intervención quirúrgica desaconsejada.

El personaje de José Maya está sublimemente trazado: las visibles arrugas de sus pantalones y su aliento a whisky antes de la cirugía, son en realidad espejos de su fracaso, de su patetismo, de su debilidad y de sus miedos, y en cierta forma, espejos de nuestras propias miserias. Es tan sumamente fácil identificarse con Rice en algún momento o ámbito de la vida, que puede decirse que el doctor tiene esencia de pura humanidad.

Al margen de su indudable talento interpretativo, pudimos comprobar que José Maya es un extraordinario embajador de la cercanía y la familiaridad que La Guindalera emana. Su divertido saludo al encontrarnos en la entrada antes de la función, y su amabilidad en la pequeña conversación que mantuvimos con él después, quedarán sin duda entre los mejores recuerdos de nuestra visita a la sala.

También el Frank de Raúl Fernández desprendía un aroma inequívoco a verdad. Ilusionado emprendedor de negocios imposibles, incansable defensor de causas perdidas de antemano, Frank pasa su vida encadenando una cruzada a otra. Es por eso que cuando conoce a Molly se enamora, más que de ella, de la hazaña de curar su ceguera, y pone toda su desbordante energía al servicio de esta empresa. Frank huele a incorruptible ingenuidad, huele a desbordante entusiasmo y también a bondad innata, pero las consecuencias de sus actos llegan a ser tan nefastas, que resulta imposible ver en él al tipo entrañable que todas estas cualidades sugieren.

Raúl Fernández consigue turbar al público con una soberbia interpretación de Frank, personaje que tiene la complejidad necesaria para incitar a una reflexión sobre su conducta, y que a la vez sirve para dar un espléndido alivio cómico a los monólogos, en ocasiones densos, que componen Molly Sweeney.

Ya fuera de las botas de su personaje, Raúl nos encandiló con la simpatía y la calidez que desprende en el ratito que nos dedicó. Pudimos conversar con él sobre Molly, sobre El internado, sobre sus nuevos proyectos, sobre este rinconcito cibernético al que tanto cariño tenemos, y hasta sobre alguna de las locuras que en su honor gestamos hace ya algún tiempo. Raúl resultó tan sencillo y encantador como esperábamos, por lo que fue todo un lujo compartir unos minutos con él.

No es difícil extraer de esta crónica que quedé totalmente fascinada con La Guindalera y su forma de entender el teatro, con Molly Sweeney y su alegato a la diferencia, con Raúl y su cordialidad, pero poder compartir conversaciones, risas y emociones con Ana, Bea, Lucía, Mari y su chico fue, sin lugar a dudas, lo mejor de un fin de semana inolvidable.

13 comentarios:

lucía dijo...

ay parchis,me he emocionado leyendo tu crónica, me ha encantado,y estoy en "casi" todo de acuerdo ,ese casi os lo descubriré yo en mi crónica ;)(pero vamos, que visto como está de alto el listón de la calidad, lo llevo chungo, a ver que rayos escribo yo!)
pues eso que el aroma de tu crónica me ha cautivado
muchos besos desde extremadura

Escarlata dijo...

Joer niña haces poesia en serio que bonita tu critica te hace estar alli sintiendo, oliendo uff no encuentro palabras despues de leerte jodia.

Chiqui dijo...

Estoy tan fascinada con la crónica como lo estuve en su momento con la obra, así que por ahora, y hasta que pueda cerrar la enorme bocaza que se me ha quedado abierta, no puedo decir nada más.

Qué grande eres, parchis.

Aurora dijo...

Que cosa más bonita, Parchís! Ha sido como leerlo y quedarme k.o. pero para bien. A ver como lo superais ;) Me ha gustado muchísimo, porque leyéndolo he recordado todo pero desde tu mirada, pasito por pasito, rincón por rincón. Te has salido. Me encanta este invento de las crónicas, nos quedan otras dos o al final tu chico se anima chiqui

parchis dijo...

¡Qué monas sois todas! jajaja. Muchas gracias por los piropos. Le puse mucha ilusión a la crónica, así que me alegro mucho de que os haya gustado ;)

Yo estoy deseosa de leer las que quedan, porque leer la de Aurora fue una pasada, y seguro que la de Luci y la de chiqui no se quedan atrás.

¡Y ya no me acordaba de la propuesta que le hicimos a chiquiman!. ¿No se anima a aceptarla?. Tened en cuenta que sería la única crónica hecha por una persona que tenía la mente lúcida en ese momento :P

Hellokitty-ferminista dijo...

perdonadme si esto aqui no va, aqui os pongo la sinopsis del capitulo "lso monstuos vienen de noche" atentas al tercer parrafo:


Comienza un nuevo curso en el internado. Poco a poco los alumnos van llegando tras las vacaciones de verano e instalándose en sus habituales habitaciones. Marcos, Iván, Carolina, Victoria, Julia y Roque, cuya amistad parece haber acabado para siempre, se han visto obligados a volver. ¿Qué ha pasado durante el verano? ¿Y por qué han vuelto al colegio? La clave, cómo no, la tiene Noiret.


Paula y Evelyn está encantadas de volver al colegio y reencontrarse tras las vacaciones. Lucas, en cambio, ha pasado todo el verano en el internado y está asustadísimo: asegura que en el bosque hay un monstruo y que por las noches viene al internado y roba comida. Nadie le hace mucho caso a Lucas hasta que, en una excursión por el bosque, algo o alguien les roba las mochilas con la merienda...


Fermín intenta por todos los medios sacar a María del psiquiátrico. Aunque aporta las pruebas de ADN que demuestran que Iván es hijo de María, el director del centro no da su brazo a torcer. No está dispuesto a liberar a María de allí tan fácilmente ni a hacerle fácil su estancia en el psiquiátrico…


Elsa está obsesionada por la mujer que vio en el internado el último día del curso pasado: una mujer que llevaba en brazos a su pequeño Samuel. Iván se entera de que, Elsa vio al pequeño Samuel en brazos de una mujer en el internado. Si lo que dice Elsa es cierto, puede que la madre de Marcos haya estado allí, en el propio colegio y no se haya cruzado con sus hijos sólo por azar. Ahora, una nueva pregunta inquieta a Iván: si Irene Espí consiguió llegar hasta la Laguna Negra ¿dónde está ahora? “¿Y dónde está Héctor de la Vega?


me ha encantado la cronica parchis, qeu suerte!

Chiqui dijo...

Hellokitty, gracias por la sinopsis, aún hay esperanza fermaría. ;)

Ahora que tengo la mente más lúcida, porque la primera lectura me ha dejado knockeada, he vuelto a leerla y de verdad, qué crónica más sincera, más bonita, más bien redactada e hilada...
Lo has resumido todo maravillosamente bien, de verdad. :)

A mi chico se lo he recordado hoy, pero según él, eso requiere tiempo y concentración para pensar. Muy formal que es él. xD

Escarlata dijo...

Ains pues yo me apunto para que chiquimen cuente que le parecio la obra lejos del amor foril que le tenemos a nuestro hombre.

Por cierto me encanta el nuevo look del blog leñe esto se avisa que nos ponemos todas de etiqueta.

Marta Torné Blog no oficial. dijo...

qué bien escribes narices!!!!!

parchís.. no sabía de esta faceta tuya a que te huela el aliento a whisky antes de una intervención..mmm.... interesante..... :P (es bromaaa)

lucía dijo...

por cierto, no me había percatado de esta nueva reforma bloguera y me encanta!
muchas felicidades!
por cierto, y respecto al resumen, no os dije yo ya en su momento que habia esperanza fermaria?
besos

Chiqui dijo...

Haberla, haíla (o cómo se diga :P)
Yo tengo fe en la nueva temporada, me alegra ver a alguien más que también. :)

La reforma, toda ella, mérito de parchis, que con lo que hace le convalidarían media carrera de informática por lo menos.

parchis dijo...

¿Tú crees? Pues endré que mirarlo, a ver me dicen :P

Y no es cierto, parte del mérito de la reforma pertenece a la chiqui, no os vayáis a creer. De hecho ella fue la que dijo "Tía, ahora que la veo, me gusta más la cabecera que desechamos que la que tenemos puesta"... Y ahí empezó todo xD.

Nicole dijo...

Llego tarde, pero igual de anonadada que todos los que habeis comentado antes que yo. Parchis, nena, que bien redactada la entrada. Haces que vivamos vuestro viaje a traves de vuestros ojos. Me ha encantado.

Me lo lei el finde pero no me dio tiempo a comentar nada. Ahora que me lo vuelvo a leer, me ha gustado tanto o mas como la primera.

Ya os lo dije por email, pero merece la pena repetirlo: que suerte tiene Raul de tener unas admiradoras tan de PM como vosotras! ;-)

Y a mi tambien me encantaria leer un articulo por chiquiman. La perspectiva masculina siempre es bienvenida.