Bailando en Lughnasa: Represión y catarsis

Siguen apareciendo en los periódicos referencias varias a Bailando en Lughnasa. Hoy os traemos una que el periódico El Mundo publicó el pasado 4 de marzo realizada por Javier Villán. Hay alabanzas para todos los actores del montaje, incluido por supuesto nuestro Raúl Fernández.


Dos mundos; uno que se quiebra y otro que nace. De ese choque nace el dramatismo de esta obra. Y un eje conductor: la memoria de un hombre, Michael, que recuerda el hundimiento de una familia, víctima de un nuevo mundo. Hay un clima de alegría, de fuerza vital, en esas mujeres tiranizadas por la represión ambiental; toda la fuerza emotiva, sentimental, sexual que tienen represada estalla a veces en bailes frenéticos, como una catarsis liberadora.

El contrapunto de estas tensiones es Gerry, un vivalavirgen que acabará en las Brigadas Internacionales en España, y un cura católico practicante de otros ritos. Contrasta esta vitalidad desbordante de las mujeres, incluso en la hermana represora, con el desguace de la familia, que va narrando Michael (Raúl Fernández), el hijo de Cris, desde remotos y melancólicos tiempos.

Esta narración es la columna vertebral de un modo de hacer teatro de Juan Pastor en el que palabra y espacio confluyen en un lugar imaginario y, sin embargo, tangible. El desdoblamiento del narrador en un hombre adulto y en el niño de sus recuerdos, es la verdadera sustancia de una estilística teatral pura e imaginativa: el diálogo con el recuerdo, la suplantación de la realidad a través de un espacio imaginado.

El espacio de Michael, sensibilísimo Raúl Fernández, es otro espacio: su presente y su pasado; al otro lado, está el espacio real, el de las tensiones entre las mujeres, una moralidad opresiva y una vida desdichada que niegan con sus bailes y sus deseos.

Esa potencial vital de las hermanas, la amenaza de un mundo nuevo que acabará por aniquilar la unidad familiar, requiere un gran despliegue actoral, una fuerza expresiva empezando por el propio Juan Pastor, que en Carmen Gutiérrez, Rose la deficiente y en María Pastor, la madre soltera de Michael, alcanza límites extraordinarios; en Gutiérrez por el desgarro, las iluminaciones lúcidas y la rebeldía; en Pastor por la dulzura de una enamorada siempre embaucada por su amado, Gerry: irresistible Álex Tormó en su papel de golfo simpático. El torbellino alegre de Elia Muñoz en Maggie, la dureza amarga de Victoria del Vera en Kate y la resignada ternura de Yolanda Robles en Agnes completan una interpretación sobresaliente.

Bailando en Lughnasa
es una obra de memoria histórica y de actrices: en ambas cosas el equipo de Juan Pastor alcanza la excelencia.

Si después de leer esto no queréis perdérosla por nada del mundo, tenéis que daros prisa, porque el 14 de marzo las representaciones de Bailando en Lughnasa tocan a su fin. ¡Ya sólo os quedan 3 días! ;)

6 comentarios:

Aurora dijo...

Por primera vez le voy a poner una crítica al blog ;) La de la sensación de querer ir a cada uno de estos montajes teatrales y no poder jaja
Esta obra tiene un pintón, lo avalan las críticas, las escenas, el argumento y eso que yo ya dije que la película basada en esta obra no me entusiasmó
Desde aquí pediré que la repongan a ver si cae la ocasión de verla.

Nicole dijo...

Buah! No te imaginas CUANTO me alegro de haber tenido la oportunidad de ir a ver la obra. Y ahora, leyendo este articulo, he recordado ese sentimiento que senti mientras la veia. Estuvo fantastica!

El articulo es uno de los mejores que he leido sobre la obra. Conciso, pero completo. Eso si, se ha olvidado de mencionar a Marconi, que para mi fue un punto fundamental de la obra. Y tambien hubiese hecho mas hincapie en el padre Jack, un personaje encantador.

En fin, que la nostalgia de los protagonistas la estoy sintiendo yo al recordar la experiencia de La Guindalera. ;-)

Chiqui dijo...

A mí me gusta que me pongan los dientes largos. Me frustro, pero tengo una tendencia al masoquismo extremo con mi destierro en la España Profunda, todos los días procuro lamentarme un poquito por vivir tan lejos de La Guindalera. :P

Me voy a quedar con las ganas de asistir a BEL, pero con estas críticas tan buenas que vienen, uno ya la disfruta un poquito.

Gracias a parchis, por el curre de transcribirla. :)

lucía dijo...

yo no pierdo la esperanza, si al final fuimos juntas a ver Molly, quizás repongan alguna vez BEL (chiqui te copio jiji) y volveremos a ir juntas.
besitos breves ;)

parchis dijo...

Ains, yo quiero también volver, volver, vooooooooolver a tus br...¡no!...a la Guindalera otra vez. Y desde luego Bailando en Lughnasa parece una buena opción. A ver si con suerte pasa lo mismo que con Molly la temporada pasada.

Aurora dijo...

¡que nos vamos! ¡que nos vamos!jajaj, anda que no estaría bien, con lo que nos lo pasamos de bien la otra vez y las obras que son de lujo