No, no me he hecho un lío. No estoy mezclando churras con merinas ni actores con personajes. Hoy ni siquiera voy a hablar de la tele.
Voy a hablar de ese género al que Raúl califica de “madre”: el teatro.
Y de un tándem extraordinario que lleva desde 2004 regalando al público su talento desde la compañía Guindalera: nuestro Raúl Fernández y esa perla rara e injustamente desconocida que se llama María Pastor.
Este artículo no pretende ser más que un breve repaso por la trayectoria compartida de ambos, y un leve vistazo a lo que la crítica ha dicho de ellos. Ahora mismo, comparten escenario en “Molly Sweeney” pero Raúl y María, no son, ni mucho menos, dos desconocidos mutuos.
Su primer trabajo juntos fue en 2004, en la obra de Thornton Wilder “La larga cena de Navidad”, una obra sobre la fugacidad de la vida y el paso del tiempo.
Un año después llegó “Laberinto de amor”, un montaje caballeresco, irónico y colorista que se acerca al musical y al cómic, cosa harto difícil si tenemos en cuenta que el autor de la obra es, ni más que ni menos, que Cervantes.
Ése mismo año, 2005, nos trae “En torno a la gaviota”, de Chèjov, una de los montajes de la compañía que más y mejores críticas ha recibido. En esta ocasión, Raúl encarna a Treplev, un hombre enamorado de Nina (María Pastor), que a su vez ama a un tercero en discordia: Trigorin. En el ABC dijeron de ellos que María bordaba la fresca fragilidad de Nina, mientras que Raúl iluminaba la tormentosa vehemencia de Treplev.
También se resaltaba la naturalidad de los seis actores que conformaban la obra, su sobriedad y la capacidad de imprimir cierta intimidad en la sala.
Raúl y María vuelven a encontrarse sobre las tablas en 2006, siempre a las órdenes de Juan Pastor, en el montaje “Odio a Hamlet”, una comedia que se cuestiona si a día de hoy, Shakespeare sigue o no interesando a la gente.
En 2007, llega a la sala Guindalera “Traición”, de Harold Pinter. María Pastor interpreta a Emma, cuyo matrimonio con Jerry (Raúl) derivará en mil y una traiciones que no se limitan a lo afectivo. Ansón, en el ABC, califica de eficaz la interpretación de Raúl y se deshace en halagos para María, de quien dice que ejecuta su papel con rara perfección.
Por su parte, Torcuato Luca de Tena califica la primera parte de la obra, en la que Jerry y Emma se reencuentran dos años después de terminar su relación, como la mejor del montaje.
Desde el pasado uno de noviembre, ya podemos disfrutar de la hasta el momento última puesta en escena con el sello Guindalera y con María y Raúl al frente: “Molly Sweeney”, de Brian Friel. Molly (María), ciega de nacimiento, tiene la oportunidad de recuperar la visión y Frank (Raúl), su esposo, la anima a intentarlo. Pero al hacerlo, Molly pierde en cierta forma la cordura, al ver que su antigua visión del mundo no coincide con lo que ve.
Queda patente que Raúl y María han pasado, durante estos años, por todos los géneros, del drama a la comedia, y que han salido más que airosos del intento. Veremos qué dice la crítica de “Molly Sweeney”, o si alguna de nosotras tiene la oportunidad de poder verle sobre las tablas. Que me perdonen los señores críticos, pero me fío más de mi propio criterio…
Voy a hablar de ese género al que Raúl califica de “madre”: el teatro.
Y de un tándem extraordinario que lleva desde 2004 regalando al público su talento desde la compañía Guindalera: nuestro Raúl Fernández y esa perla rara e injustamente desconocida que se llama María Pastor.
Este artículo no pretende ser más que un breve repaso por la trayectoria compartida de ambos, y un leve vistazo a lo que la crítica ha dicho de ellos. Ahora mismo, comparten escenario en “Molly Sweeney” pero Raúl y María, no son, ni mucho menos, dos desconocidos mutuos.
Su primer trabajo juntos fue en 2004, en la obra de Thornton Wilder “La larga cena de Navidad”, una obra sobre la fugacidad de la vida y el paso del tiempo.
Un año después llegó “Laberinto de amor”, un montaje caballeresco, irónico y colorista que se acerca al musical y al cómic, cosa harto difícil si tenemos en cuenta que el autor de la obra es, ni más que ni menos, que Cervantes.
Ése mismo año, 2005, nos trae “En torno a la gaviota”, de Chèjov, una de los montajes de la compañía que más y mejores críticas ha recibido. En esta ocasión, Raúl encarna a Treplev, un hombre enamorado de Nina (María Pastor), que a su vez ama a un tercero en discordia: Trigorin. En el ABC dijeron de ellos que María bordaba la fresca fragilidad de Nina, mientras que Raúl iluminaba la tormentosa vehemencia de Treplev.
También se resaltaba la naturalidad de los seis actores que conformaban la obra, su sobriedad y la capacidad de imprimir cierta intimidad en la sala.
Raúl y María vuelven a encontrarse sobre las tablas en 2006, siempre a las órdenes de Juan Pastor, en el montaje “Odio a Hamlet”, una comedia que se cuestiona si a día de hoy, Shakespeare sigue o no interesando a la gente.
En 2007, llega a la sala Guindalera “Traición”, de Harold Pinter. María Pastor interpreta a Emma, cuyo matrimonio con Jerry (Raúl) derivará en mil y una traiciones que no se limitan a lo afectivo. Ansón, en el ABC, califica de eficaz la interpretación de Raúl y se deshace en halagos para María, de quien dice que ejecuta su papel con rara perfección.
Por su parte, Torcuato Luca de Tena califica la primera parte de la obra, en la que Jerry y Emma se reencuentran dos años después de terminar su relación, como la mejor del montaje.
Desde el pasado uno de noviembre, ya podemos disfrutar de la hasta el momento última puesta en escena con el sello Guindalera y con María y Raúl al frente: “Molly Sweeney”, de Brian Friel. Molly (María), ciega de nacimiento, tiene la oportunidad de recuperar la visión y Frank (Raúl), su esposo, la anima a intentarlo. Pero al hacerlo, Molly pierde en cierta forma la cordura, al ver que su antigua visión del mundo no coincide con lo que ve.
Queda patente que Raúl y María han pasado, durante estos años, por todos los géneros, del drama a la comedia, y que han salido más que airosos del intento. Veremos qué dice la crítica de “Molly Sweeney”, o si alguna de nosotras tiene la oportunidad de poder verle sobre las tablas. Que me perdonen los señores críticos, pero me fío más de mi propio criterio…
3 comentarios:
Nena, vaya currada que te has dado buscando información y críticas sobre las obras. Muy bueno tu artículo, que se note que Raúl no solo nos gusta a un puñado de locas, xd.
Alé, por tu culpa y la de tu artículo, ya llego tarde al curro. ¡Ay, señor!
Joder, os esta quedando que te cagas, vaya curro.
Gracias nena, por este pedazo de articulo, parece ser que Maria y Raul se complementan a la perfeccion en el escenario, solo hay que leer las criticas.
Ayyy, dios mio, que hombre....
Chiqui que bien hablas leñe.
Si al final el nombre de Maria para Raul Fernandez va a ser importante.
Publicar un comentario