Unos tres meses después del final de la primera temporada, cuando nuestras uñas empezaban a recuperarse del sufrimiento al que la sometimos, arrancó en Antena3 la segunda tanda de capítulos de “El internado”. Todo eran dudas. ¿Quién sería el joven muerto en la laguna? ¿Quién era ese monstruo del bosque? ¿Dónde estaba Iván? ¿Qué esconde Jacinta? ¿Quién era y de qué lado estaba el cocinero?
Descubriendo a Fermín.
Los primeros tres capítulos marcaron un punto de inflexión en la trama del personaje. Si en la primera temporada su investigación parecía ser sólo un elemento más del paisaje, ya en los primeros compases de esta segunda Fermín parece adquirir una nueva dimensión, la de un hombre con un pasado y una misión, capaz de albergar sentimientos a pesar de mostrarse metódico y frío en apariencia.
Presumiendo de sigilo, Fermín se desliza en el primer capítulo hasta el cuarto de las niñas y contempla fascinado el regalo que el gnomo le había hecho a Paula: una muñeca antigua con un broche cogido en el vestido. El cocinero decide llevarse el prendedor que después entregará a su contacto para que confirme que es uno de los objetos de la lista.
Al día siguiente, cuando vuelve para obtener la confirmación que esperaba, Fermín encuentra muerto al hombre del coche. Y aquí es cuando empezamos a intuir que quizá no sea tan frío, tan calculador ni tan profesional como le imaginábamos. El cocinero tiene miedo. Y esto sí que parece una novedad.
Tratando de mantener la compostura, le quita la documentación al contacto y lanza el coche, con el cadáver, a la laguna. Entre los papeles, encontrará una foto familiar del hombre que le servía de enlace. Juraría que el hombre de hierro se estremece levemente.
A su vuelta al internado, veremos a un Fermín nervioso, abatido y arisco, que nada tiene que ver con su otro yo de la temporada anterior. Un estado que le traerá una serie de recuerdos que nos ayudarán a comprender mejor de dónde viene y a dónde va su historia. El Fermín ambiguo está servido.
Presumiendo de sigilo, Fermín se desliza en el primer capítulo hasta el cuarto de las niñas y contempla fascinado el regalo que el gnomo le había hecho a Paula: una muñeca antigua con un broche cogido en el vestido. El cocinero decide llevarse el prendedor que después entregará a su contacto para que confirme que es uno de los objetos de la lista.
Al día siguiente, cuando vuelve para obtener la confirmación que esperaba, Fermín encuentra muerto al hombre del coche. Y aquí es cuando empezamos a intuir que quizá no sea tan frío, tan calculador ni tan profesional como le imaginábamos. El cocinero tiene miedo. Y esto sí que parece una novedad.
Tratando de mantener la compostura, le quita la documentación al contacto y lanza el coche, con el cadáver, a la laguna. Entre los papeles, encontrará una foto familiar del hombre que le servía de enlace. Juraría que el hombre de hierro se estremece levemente.
A su vuelta al internado, veremos a un Fermín nervioso, abatido y arisco, que nada tiene que ver con su otro yo de la temporada anterior. Un estado que le traerá una serie de recuerdos que nos ayudarán a comprender mejor de dónde viene y a dónde va su historia. El Fermín ambiguo está servido.
El pasado.
El primer flashback de Fermín en la serie nos lleva hasta la cárcel. Un misterioso hombre de negro, sentado al otro lado del cristal, le ofrece salir a cambio de trabajar para él haciendo justicia. Nuestro protagonista se muestra desconfiando e irónico, llegando a calificar al hombre de “hada madrina”.
Ay, ese humor me está enganchando.
Saúl consigue convencerle hablándole de su padre, y trayéndole de vuelta una frase que él decía: Quien busca la verdad, corre el riesgo de encontrarla.
Carlos aún no lo sabe, pero su futuro jefe acaba de resumirle la historia de su vida.
Tras la muerte del contacto, Fermín decide poner un anuncio por palabras en el periódico: Cambio reloj de cuco antiguo por nuevo digital. Abstenerse coleccionistas.
La relación entre ambos hechos es desconcertante para el espectador, así que nuestros guionistas, siempre al quite, deciden regalarnos otro flashback para ayudarnos a comprender.
En una sala aséptica, probablemente unos días después del primer encuentro, el misterioso hombre de negro explica a Carlos el protocolo a seguir. Tendrá que poner un anuncio por palabras en el periódico si le pasa o algo o pierde la comunicación con el contacto. Le entrega también un teléfono móvil en el que sólo recibirá llamadas de su enlace, un dossier con información, su nueva identidad, 5.000 euros y una pistola.
Y mientras en su casa, el espectador empieza a sufrir el síndrome Ferminista-Bipolar, caracterizado por cambiar de opinión cada 35 segundos acerca del cocinero. Ahora es bueno. Ahora es malo. Su jefe es de los malos, seguro. No, va a por lo malos, lo veo claro.
En realidad no importa. Estén en el lado que estén, esta trama de espías promete.
La investigación.
Tratando de salir de su estado de abatimiento, y tomando conciencia, parece que por primera vez, del lío en que se ha metido, Fermín redacta en su habitación el informe para el nuevo contacto. Un informe que nos permitirá conocer las dos líneas de investigación seguidas por nuestro cocinero espía hasta ahora: por un lado el personal del centro y por otra los objetos de la lista, confirmando que el reloj hallado en posesión de Héctor es el objeto número cuatro. Por primera vez, vemos un atisbo de relación entre tramas, al incluir Fermín en su informe referencias a los Novoa Pazos, aunque él mismo afirma que todavía no conoce la relación entre ellos y la lista.
Ese mismo día, Fermín recibirá una llamada de su nuevo contacto citándole en la laguna a las once. Sin embargo, lo que recibirá será un disparo que nos dejará el corazón en un puño toda una semana. El misterioso (aquí todo es misterioso, señores) hombre que aprieta el gatillo, llama inmediatamente por teléfono, afirmando que “está muerto, y que será aquel que no aparezca por el internado”.
Estamos jodidos.
Ay, ese humor me está enganchando.
Saúl consigue convencerle hablándole de su padre, y trayéndole de vuelta una frase que él decía: Quien busca la verdad, corre el riesgo de encontrarla.
Carlos aún no lo sabe, pero su futuro jefe acaba de resumirle la historia de su vida.
Tras la muerte del contacto, Fermín decide poner un anuncio por palabras en el periódico: Cambio reloj de cuco antiguo por nuevo digital. Abstenerse coleccionistas.
La relación entre ambos hechos es desconcertante para el espectador, así que nuestros guionistas, siempre al quite, deciden regalarnos otro flashback para ayudarnos a comprender.
En una sala aséptica, probablemente unos días después del primer encuentro, el misterioso hombre de negro explica a Carlos el protocolo a seguir. Tendrá que poner un anuncio por palabras en el periódico si le pasa o algo o pierde la comunicación con el contacto. Le entrega también un teléfono móvil en el que sólo recibirá llamadas de su enlace, un dossier con información, su nueva identidad, 5.000 euros y una pistola.
Y mientras en su casa, el espectador empieza a sufrir el síndrome Ferminista-Bipolar, caracterizado por cambiar de opinión cada 35 segundos acerca del cocinero. Ahora es bueno. Ahora es malo. Su jefe es de los malos, seguro. No, va a por lo malos, lo veo claro.
En realidad no importa. Estén en el lado que estén, esta trama de espías promete.
La investigación.
Tratando de salir de su estado de abatimiento, y tomando conciencia, parece que por primera vez, del lío en que se ha metido, Fermín redacta en su habitación el informe para el nuevo contacto. Un informe que nos permitirá conocer las dos líneas de investigación seguidas por nuestro cocinero espía hasta ahora: por un lado el personal del centro y por otra los objetos de la lista, confirmando que el reloj hallado en posesión de Héctor es el objeto número cuatro. Por primera vez, vemos un atisbo de relación entre tramas, al incluir Fermín en su informe referencias a los Novoa Pazos, aunque él mismo afirma que todavía no conoce la relación entre ellos y la lista.
Ese mismo día, Fermín recibirá una llamada de su nuevo contacto citándole en la laguna a las once. Sin embargo, lo que recibirá será un disparo que nos dejará el corazón en un puño toda una semana. El misterioso (aquí todo es misterioso, señores) hombre que aprieta el gatillo, llama inmediatamente por teléfono, afirmando que “está muerto, y que será aquel que no aparezca por el internado”.
Estamos jodidos.
María: amiga, enfermera, cómplice…
Una escena de Fermín y María es la que, curiosamente, da el pistoletazo de salida a la nueva temporada. Usando esa musiquita-que-indica-misterio, vemos a María bañándose desnuda en la laguna mientras alguien la observa en la distancia. Ese voyeur resultará ser Fermín, que sonríe tras los prismáticos y no se corta a la hora de reprenderla cuando vuelve, diciéndole que no debería ir sola al bosque. Ella le objeta que él tampoco debería espiarla mientras se baña desnuda, pero muy molesta, tampoco parece. Ay María…
Será también ella la primera en captar la crispación en el cocinero tras la muerte del contacto, cuando nuestro Fermín, en un acto inusualmente torpe, se quema con la cafetera; y la que le sube el cuello de la chaqueta antes de salir al encuentro de su nuevo enlace, para que no coja una pulmonía. Para estar enamorada de Héctor, María es extrañamente considerada con Fermín.
Pero su historia dará un vuelco tras recibir Fermín ese disparo en el bosque.
El cuarto capítulo comienza con un travelling por todas las habitaciones del internado que termina en la laguna, donde vemos el cuerpo del cocinero tendido, inerte. Sólo unos minutos más nos durará el susto, cuando le vemos despertar y, con gran profesionalidad, crearse una cura de emergencia con la manga de su camisa y un palo.
De vuelta al internado, Carlos tratará de seguir camuflado bajo su traje de cocinero, pero María enseguida descubre que algo le pasa cuando, tras darle un par de órdenes tajantes, él le responde, con su dulzura habitual, con un “¿Por qué no me dejas en paz de una puta vez?”. Siguiendo las gotas de sangre que han caído al suelo, María llegará a la habitación de Fermín, donde él la recibirá pistola en mano agazapado tras la puerta, en una escena que despertó cierta sensación de erotismo latente entre algún sector de la audiencia, ¿verdad? ;P
María, asustada, le somete al tercer grado, y él le cuenta que han intentado matarle y que si alguien descubre que está herido, sabrán quién es y no fallarán la próxima vez. Ella quiere saber más, lo que dará lugar a la frase por excelencia de su historia posterior: “No puedo decírtelo”, mientras María memoriza la canción que cantará insistentemente durante los próximos días: ¿Quién eres? ¿Por qué tienes una pistola? ¿Por qué intentan matarte?
Eso mismo nos preguntamos nosotros, hija.
A pesar de todo, María volverá junto a Fermín esa noche para sacarle la bala sin anestesia ni nada, mientras él bebe whisky directamente de la botella para tragar los calmantes, al más puro estilo tipo duro y sucio. Cuando él termina perdiendo el conocimiento, ella se queda dormida junto a él. Y es que María no es tonta. O como dijo Jacinta al contemplar la situación, aquí el más tonto hace relojes.
En los días siguientes, ella seguirá curando sus heridas mientras canta su canción, y él seguirá haciéndose el hermético. La noche de la llegada del nieto de Jacinta, María será desterrada del cuarto y se refugiará en el del cocinero. Cuando Fermín abre la puerta y la encuentra cargada con el camisón y las mantas, se producen unos segundos protagonizados por un juego de miradas acojonante (perdonadme la expresión, es la única palabra con la que soy capaz de definirlo), dando lugar después a uno de los diálogos más divertidos entre ambos, con el mítico "Menos lobos, que no aguantas tanto".
La audiencia empieza a presentir que pronto María dará un paso más en la escalera amiga, enfermera, cómplice…
En los foros, todo el mundo sigue aquejado del síndrome Ferminista-Bipolar arriba citado, pero comienzan las primeras escisiones dentro del grupo de seguidores. La mayoría piensa que Fermín será el paño de lágrimas de María hasta que ella descubra sus actos poco ortodoxos y vuelva con el protagonista. Unos pocos insistimos en que este hombre tiene buen fondo, y que Héctor y María… ¿quién es Héctor?
10 comentarios:
Qué guay ¿tenemos dos partes? ¿Qué hago yo aquí a las cinco de la mañana?
¡Qué fotaca!Yo a esta la llamo la temporada de los alucines y para mí la primera que vi de la serie, me lo pasaba pipa :(
Flipaba a colores con los finales, me lo pasaba bomba repito cuando este hombre estaba en aprietos. Y ya cuando empezó a enamorarse deseé que alguien así saliera de mis lápices jajaj
Yo ya dije que fue un descubrimiento al revés al empezar viendo esta temporada, así que solo tardé un capi para que fermín me llamara la atención con ese flashback del segundo capi El viejo fue un acierto como una catedral de esta temporada, y esa primera relación con esos piques mucho más rica que la posterior
Lo de la bipolaridad es cierto xdd Yo llegué a creer que era de los malos, aunque aquí todavía no.
Ay lo del tiro, yo pensando pues me lo matan pronto jaja El inicio del cuarto capi para mí es buenísimo con ese repaso a las habitaciones que comentais hasta llegar a él tumbado.
" él le responde, con su dulzura habitual, con un “¿Por qué no me dejas en paz de una puta vez?”. jajaja, madre mía si es que el niño... También resaltar ese encuentro con Marcos y Carol en la caja fuerte que lástima de interacción perdida. Lo mejor de esta temporada su vulnerabilidad por amor cada vez a más.
Xd chiqui que se te ha olvidado la alcachofa ;)
"Eso mismo nos preguntamos nosotros, hija." jajajaj, eso es cuando María le preguntaba, porque luego a veces ni eso. Menos mal que luego en la sexta hubo colaboración total. Y que es eso de llamarle sucio? jaja
La escena de la manta,junto con otra que seguro comentais más adelante con los años seguiré poniéndolas en mi top ten de las series, son la leche
Yo aún dudo que otro personaje de ficción española me sorprenda tanto como lo hizo este en esta temporada
Yo cuando nos da los flashbacks con su Jefe pasé de pensar que era malo a pensar que era Agente del CNI no digo más jajajaja!!!
Qué pena que nunca nos juntaran al Fermin Espia con Marcos y cia. Aunque sólo hubiera sido con un@ de ell@s! Para mi esta no Unión es uno de los Grandes Fallos de Toda la Serie. Lo que habría dado por ver a los chicos con Saúl y si al menos después del encontronazo con Marcos Saúl se les hubiera aparecido a todos vale pero arrggggg jajajajaja!!!
Si la escena de las mantas y su menos lobos que no aguantas muchos es genial jajaja!!!
Joder me encanta este seccion xd, me pone nostalgica.
Esos eran los tiempos buenos en que todos ocultaban cosas y nos tenian en vilo hasta el proximo capitulo.
Yo ya era Fermaria antes pero mi confirmación fue cuando Maria le quito la bala a Fermin.
Por cierto se te olvido mencionar la frase que le dice Fermin a Maria " Mirame a los ojos Maria, soy el Fermin de siempre crees que soy un asesino?" ain hay todas las Fermarias de pro sabiamos que era un santurron el jodio.
Ains, niñas, ya sé que faltan cosas, pero es que es imposible meterlo todo. Esto es un resumen del resumen del primer resumen que hice, así que no os digo más.
Y estoy con Abril, uno de los grandes fallos de la serie ha sido no unir hasta el final a los chicos con Fermín, si es que les llegamos a ver interactuar, cosas que dudo.
Escarlata, ¿te acuerdas de cuando anunciaron el 2x07, que se veía en el anuncio un besaco y nosotras sabíamos que eran Fermín y María? Anda que no nos emocionamos, menuda semanita dimos. :P
Anda que no ha llovido desde entonces.
Recuerdo ese anuncio de las veces que le di a Pause, play, pause, play.
Ademas que estos se miran como mencionaste de una manera que no se como describirla yo tampoco,se me pone la pielita de gallina con estos dos emoscionada me tienen, lastima que los guionistas anteriores dejaran la serie para dar paso a estos payasos que la acabaron de fastidiar.
Me encantó la importancia que tomó aquí Fermín, aquí empezó lo bueno y nuestro Fermín. Gracias por hacernos recordar lo bueno¡
GUAU, chiqui, una cronica acojonante... quiero decir, brillante! :P
Es que has dado en el clavo con todas y cada una de las facetas de Fermin. Creo que la segunda y la tercera fueron sus temporadas de oro.
A mi se me pusieron los pelos de punta en esa escena en la que Maria esta "Googleando" (o es "Finderando"? en el universo de EI?) a Fermin y este aparece por detras y le dice: "Ahora me espias?" Uyuyuyuyuyuy!! Que miedo me dio ahi Fermin. GAH!!!
Deseando leer la segunda parte de esta cronica, porque esta de PM. Ay, nenas!! Yo llegue un poco tarde, pero QUE NOSTALGIA!!
Ay, qué morriña de tiempos mejores que me entra cuando leo estas cosas!! (chiqui, genial el artículo, yo diría que hasta mejor que el primero, aunque también puede ser porque para mí el Fermín de la segunda es LO MÁS)
Lo que más recuerdo de la segunda temporada es la angustia que pasé que nos dejaron al cocinero entre la vida y la muerte (por aquel entonces no estábamos acostumbradas, quién nos iba a decir que luego sería el pan nuestro de cada día), y la conversación de "Menos lobos" que, aunque es bastante intrascendente dentro de la historia fermaría, sigue siendo una de mis escenas favoritas de todos los tiempos. Luego llegaron las de los dos últimos capis, pero creo que los comentarios de ésas me los guardo para el siguiente artículo.
Es que todas sus escenas son tan tan tan sin palabras me hallo yo tambien me reservo para el proximo articulo que es donde estas mis escenitas preferidas.
Publicar un comentario