"La Gaviota" contada por Treplev.


“La Gaviota” es, en su forma original, una obra inabarcable en todos los sentidos.
Así comenzaba la entrada que dedicábamos hace ya unos meses a la obra “En torno a la gaviota”, adaptación de Juan Pastor para seis actores del original de Chèjov.

Y el tiempo nos da la razón, porque a pesar de lo mucho que hemos leído y visto sobre ella, siempre volvemos a dar con algo que nos sorprende, algún aspecto que no conocíamos o que nos permite ahondar más en ella.
Esta vez, vamos a centrarnos un poco más en el personaje de Raúl en la obra, en Treplev, ése ser sufriente y patético, y en las razones de su infelicidad.

En el vídeo que acompaña a esta entrada asistimos a un monólogo del personaje que encierra en él toda la esencia de su historia. Mientras espera a su amada, Treplev va retratándose a sí mismo. Él ama a Nina, y por ello, decide agasajarla con el mejor regalo posible: un teatro, un escenario pequeño, una obra escrita por él en la que ella es la protagonista, cumpliendo así su sueño de ser actriz.

Pero Treplev tiene miedo de que ella no aparezca, de que el efecto de su regalo no haga mella en ella, quizá porque sabe que Nina no le ama, sino que vive prendada de Trigorin, ése seductor de manual que nunca la hará feliz.

En la obra, las historias de unos y otros se entrelazan de la misma forma que Treplev, en el monólogo, hila su amor no correspondido con el despotismo de su propia madre, Arkádina. Y es en esta parte donde, para mi gusto, la interpretación de Raúl se hace más intensa, más llena de matices, retratando a la perfección al niño malcriado y sometido a los designios de una madre egocéntrica que le asfixia y desprecia a partes iguales.

Cuando habla de Arkádina, Raúl desvía la mirada, dando vida con ella al patetismo y a la obsesión de su personaje, plasmando en el tono de su voz la urgencia, la vehemencia, la personalidad que su madre y el desamor han creado para él.

Todo ello unido a un excelente guión que, al menos en esta parte, sabe dibujar perfectamente la dualidad del personaje: su odio y amor hacia su madre, la fascinación y el temor que siente hacia ella, lo cierto y lo dudoso de su amor por Nina; dando lugar así una de las mejores actuaciones de Raúl sobre las tablas de la sala Guindalera.



Gracias a samureta por capturar el vídeo.
Fuente Original

Un par de entrevistas rescatadas

Mientras esperamos noticias frescas del rodaje de sexta temporada de El internado, recuperamos hoy para el blog un par de entrevistas que se llevaron a cabo meses atrás, concretamente durante los días en los que presentó a los medios la anterior temporada de la serie.

La primera de ellas pertenece a la revista Star 2, y lo cierto es que se ha quedado un poco desfasada a estas alturas del partido, cuando ya hemos visto pasar por nuestras televisiones con más pena que gloria la quinta temporada completa. Aún así, creo que no está de más recuperarla, primero, porque podemos deleitarnos por un breve instante con esa media sonrisa que tanto nos gusta, y segundo, porque podemos constatar como Raúl nos hace un croquis perfecto del Fermín que nos han colado en esta quinta temporada: el tipo que se centró tanto en la captura de los malos, que se olvidó de que había regresado a ese internado para recuperar a su chica. Si es que ya estábamos advertidas de la hecatombe fermaría antes de empezar a sufrirla, y aún así... no pudimos evitar decepcionarnos.



La segunda entrevista, mucho más jugosa, se la adjudicó la web de Antena3, y tiene como marco el mismo sofá rojo que tantas alegrías nos dio en su día a las fermarías, ¿os acordáis?

Y es que de un tiempo a esta parte, da la sensación de que tenemos una flor en el culo, porque cada vez que las cámaras de Antena 3 se acercan a algunos de los actores de la serie para someterles a un pequeño interrogatorio, Raúl Fernández está entre los elegidos. Aunque bien pensado, es probable que esto no sea tanto producto del azar, como del fruto de un buen trabajo de construcción (vale, sí, obviaremos algún que otro momento de infausto recuerdo) e interpretación del personaje de Fermín, que ha conseguido que las cotas del interés por el actor que lo interpreta se eleven notablemente.

A pesar de que esta entrevista tampoco es reciente, todas las preguntas son perfectamente válidas a día de hoy, porque Raúl nos cuenta en esta ocasión cuales son sus sensaciones generales sobre la serie, y cómo ha encajado ese repentino interés que suscita entre el público gracias a Fermín.

La entrevista, breve pero sustanciosa.
Raúl, tímido pero encantador.
Conclusión, no os la podéis perder.

Los actores nos invitan a ver la nueva temporada: los enigmas de la sexta.

Hete aquí un vídeo aparentemente sencillo e inocente, en el que los actores de “El internado” animan a los seguidores a continuar viendo la sexta temporada prometiendo más misterio, más intriga. Más dolor de barriga

Pero no fiéis de las apariencias, que ya es bien sabido que en esta serie nada es lo que parece. Es más, analicémoslo a fondo, pues me temo que hallaremos en él gran parte de lo que serán los enigmas de la sexta temporada. O al menos, nos daremos de bruces con una serie de preguntas sin respuesta que os dejarán helados. Comencemos.



¿Por qué en un vídeo de dos minutos de duración, el saludo de Daniel Retuerta dura tanto tiempo? ¿Será él el protagonista de la triste trama topera? ¿O será más bien que pretenden hacernos creer que él es el gran malvado para luego sorprendernos revelando que la infiltrada es Evelyn?

¿Por qué Yon González se ha hecho un hombre de golpe? ¿Qué ha tomado estas vacaciones, Ceregumil? Y lo peor de todo, ¿nos creeremos a ése tiarrón vestido con su cándido uniforme escolar, cuando en realidad, el chico está para que se lo arranquen?

Continúa el vídeo con mis dos pesadillas, las dos niñas, que son más naturales haciendo de Paula y Evelyn que de ellas mismas, cosa que me resulta cuando menos, chocante.

A Anita de Armas le han dicho que mencione al topo, por si alguien aún no se ha enterado de que ésa será la trama principal de la sexta temporada. Para quien no lo sepa, lo que tiene en las manos es su perro, no el topo. Rarezas propias del mundillo.

¿Qué hace Irene Montalá en el decorado de la habitación de Fermín? ¿Piensa pasarse Rebeca otra temporadita de okupa? ¿Tendré que dejar de idolatrarla para empezar a odiarla furibundamente?

¿Por qué Marta Hazas está mucho más delgada que antes de las vacaciones si se supone que Amelia está embarazada? ¿Van a rematar la enorme cutrez de haberla preñado poniéndole una barriga de cartón piedra o cumplirá con las previsiones y perderá al niño en el primer o segundo capítulo?

¿Por qué cuando Lola Baldrich dice que estemos tranquilos a mí me da miedo?

Y llegamos al final con el plato fuerte, nuestro Raúl se lanza con el saludo y el resultado es, de lejos, lo mejor del vídeo. Porque con su naturalidad innata, nos invita a ver la sexta, la quinta, no… la sexta temporada de “El Internado”. Señores guionistas, hasta sus actores empiezan a sufrir el alargamiento insufrible de la serie, es el momento de tomar medidas.
O eso, o Raúl tiene un sentido del humor digno de aplauso.

Y no, no nos la perderemos, pero porque estás tú, que si no… ya veríamos. :P

La Guindalera cuenta un cuento: vuelve Molly Sweeney


Es curioso como de niños los cuentos nos entusiasman. Nos sumergen en un universo utópico en el que el amor siempre triunfa por encima de cualquier dificultad, y en el que el bien acaba indefectiblemente ganando la batalla contra el mal. Quizás sea esa sensación de justicia cósmica infinita que queda tras su lectura, la que hace que, de críos, reclamemos que nos repitan una y otra vez nuestro relato favorito.

Cuando crecemos no tenemos necesidad de pedirlo. Por todos los frentes tenemos a alguien dispuesto a vendernos algo parecido a ese mundo tan perfecto como irreal que los cuentos recrean: “el uso prolongado de esta crema rejuvenece 10 años”, “la guerra es necesaria porque Irak esconde armas de destrucción masiva”, “no se preocupe usted, que en un par de días le finiquitamos la reforma”, “Telecinco, tu cadena amiga”,...

La Guindalera también quiere contarnos un cuento a partir del 17 de septiembre. Pero éste es un cuento de los que se agradecen, de ésos que calan hondo por su intensidad y por su intención. Se trata de Molly Sweeney, obra del dramaturgo británico Brian Friel que la compañía ya representó con éxito la temporada anterior.

Tal vez porque en su mayoría van dirigidos al público infantil, los cuentos pecan de tener una visión un tanto simplista del mundo (buenos muy buenos, malos muy malos), que les facilita el cumplimiento de una de las misiones que tradicionalmente les ha sido encomendada: la transmisión de valores morales.

Aunque Molly no está del todo exenta de ese espíritu moralizante, la complejidad de los conflictos que la obra aborda, la aleja mucho de los cuentos populares que todos tenemos en mente. Molly Sweeney es ante todo una reflexión sobre la singularidad de cada individuo y sobre cómo lo cotidiano para la mayoría (la posibilidad de percibir el mundo a través de la vista), puede ser un camino de espinas para unos pocos.

Por si no os habéis acabado de convencer de la grandeza que se esconde tras esta obra, aquí tenéis su jugoso tráiler. No dejéis de verlo.

Tirados en la frontera

¿Qué tal si os propusiera un viaje a Tailandia? Empezaría diciendo que Tailandia es un país del sudeste de Asia, limítrofe con Laos y Camboya al este, el Golfo de Tailandia y Malasia al sur, y el Mar de Andaman y Birmania al oeste.

Pero ¡qué leñe! La Wikipedia es muy aburrida y os estaréis preguntando además ¿por qué habla ésta ahora de Tailandia?

¿Qué se cree? ¿Una reportera del programa españoles por el mundo?

¿Qué me cuenta de Tailandia despues de ver esa foto de Raúl?

Pero ¿y si os hablara Raúl de este país? ¿A que ya capté vuestro interés?

Aquí os dejo una entrevista en la que Raúl nos hace de guia turístico de este país.

Tirados en la frontera

El actor madrileño Raúl Fernández, uno de los protagonistas de la serie El internado de Antena 3, disfrutó el verano pasado de Tailandia y Camboya.

¡Menudo viaje!

Todo empezó en la gigantesca Bangkok; esa amalgama de caos, belleza, miseria, lujo extremo...

¿Y qué tal el aterrizaje?

¡Buf! Nos recibió un pariente y, con el jet lag, nos llevó a Khaosan Road, donde probamos un ron tailandés fenomenal.

.. volvimos a las siete de la mañana en tuc-tuc.

¿Quedaron fuerzas para visitas?

¡Claro! El Gran Palacio, el Buda tumbado del templo de Wat Pho, el Barrio Chino, el Skytrain...

Se las apañaron muy bien.

Camboya fue otra historia. Cogimos un bus y paramos para sellar el visado. Y no sé cómo, nos quedamos tirados en la frontera.

No suena nada bien.

Nos dejamos engatusar por uno de los camboyanos que acechan a los viajeros para que nos guiara. Tras recorrer 20 metros, nos cobra y nos deja frente a un garaje.

¿Eso era la estación?

Efectivamente. Otro viaje larguísimo, y durante todo el trayecto tuvimos a un hombre leyendo en alto el periódico al conductor. Nos dejaron de noche en un sitio a desmano de Angkor Wat.

Otra vez ahí tirados...

El tipo que leía el periódico nos alojó en un hotel. Resultó ser simpatiquísimo y acabó siendo nuestro guía durante los días que estuvimos en Angkor Wat.

Fuente

Breve entrevista a Raúl: De vuelta al trabajo.

Sólo unas semanas después de asistir al final de la quinta temporada de El Internado, ya empiezan a llegar las primeras noticias acerca de la sexta, que empezará a emitirse previsiblemente en Octubre, y que no sabemos si será o no la última.

La web de Antena 3 nos ofreció varias entrevistas cortas con los actores, recién llegados a los estudios de grabación, en las que contaban qué tal habían ido sus vacaciones y cómo se presentaba la nueva temporada. Aquí, como siempre, nos centraremos en la breve entrevista a Raúl Fernández.

Un minuto de vídeo, en principio, no da para mucho.
En principio.
Porque a nosotras, buenas observadoras como somos, nos sirve para ver a un Raúl muy repuesto, menos delgado que la última vez que le vimos, más moreno, más relajado y con mucha fuerza para afrontar la nueva temporada.
Nos cuenta que ha dedicado el descanso vacacional a sacarse las muelas del juicio. Sé lo que estáis pensando. Si a mí esa experiencia me sentara tan bien como a él, ya no me quedaría ninguna. :P

Con su característica timidez, Raúl le dice a su interlocutor que no puede adelantarle mucho sobre la nueva temporada, pero sí deja caer, con la mejor de sus sonrisas, que Fermín volverá a centrarse en aquello que quizá dejó un poco de lado la pasada temporada.

Sospecho que Raúl también tiene sus preferencias para su alter ego, y que, como la mayoría de los espectadores, disfruta más con el Fermín dual que se debate entre su trabajo y sus sentimientos que con el estrictamente profesional de la temporada pasada. O al menos eso aparenta esa sonrisa y ése buen humor post-vacacional.

Qué bonito es volver al trabajo…

Bienvenidos de nuevo

Hace ya casi 10 meses que subíamos a este blog nuestra primera entrada. Como rezaba la antigua cabecera, poco sabíamos por aquel entonces de blogs, etiquetas, gadgets o lenguaje HTML. Para deleite de nuestro ego, este tiempo nos ha servido para aprender alguna cosilla que hemos podido poner en práctica en el cambio de aires que le hemos dado al blog. Esto que veis es el resultado; éste será nuestro look durante los próximos meses...

Aunque suene tópico y ligeramente cursi, no hemos puesto en esta reforma ni un ápice menos de ilusión de la que pusimos 10 meses atrás, cuando todo esto comenzó, así que estamos expectantes por conocer vuestra opinión al respecto, y esperamos que las novedades no sólo os gusten, sino que además os resulten útiles.

Hemos incorporado un feedburner que os permitirá recibir en vuestro correo electrónico todas las actualizaciones que aquí se realicen. Además queremos hacer la navegación por el blog más rápida y sencilla, por lo que podéis encontrar en diversos puntos de la página botones que os dirigirán a cada una de nuestras secciones.

Las administradoras de este blog somos más bien de letras, y los que nos leéis habitualmente lo sabéis bien, porque a menudo nos tenéis que aguantar unas parrafadas de aupa, pero también somos conscientes de la importancia que tiene la parte gráfica (y nos chupamos los dedos viendo según qué fotos, como todo hijo de vecino :P), por lo que hemos instalado una fotogalería que permite tener acceso a todas las imágenes subidas al blog a través de un solo click.

Mantenemos nuestros canales en Youtube y en Dailymotion, mantenemos todas nuestras entradas antiguas, pero lo que deseamos mantener por encima de todas las cosas, es el espíritu participativo que siempre ha tenido el Blog No Oficial de Raúl Fernández de Pablo. Y para eso no hay fotogalería, feedburner o código HTML que valga. Os necesitamos a vosotros. Necesitamos que sigáis dando tanta vida a este reformado blog, como le dabais al anterior. Por eso esperamos ansiosas vuestros comentarios, vuestras locuras, vuestras colaboraciones,....En definitiva, esperamos ansiosas que sigáis disfrutando de este blog como nosotras lo hacemos.

Cerrado por vacaciones

Es vuestro momento. Por fin unos días de descanso sin nosotras, ¿a que no os lo esperabais? Es nuestro regalo por ser tan buenas seguidoras, por leernos siempre, por dejar en cada entrada un comentario, por tragaros todos nuestros vídeos, por aguantar estoicamente nuestras quejas.

En los próximos días, cuando tratéis de entrar al blog, es posible que os encontréis ésa famosa página que dice que no encuentra la url, o si la red se revoluciona, hasta os dirá que ése blog que buscáis no existe o que necesitáis una autorización para verlo.

No, no cantéis victoria tan pronto. Sólo cerramos unos días. El tiempo estrictamente necesario para hacerle un lavado de cara a este rincón, añadir, quitar, poner. Cambiar de aires, vaya. Pero eso sí, volveremos con novedades, con nuevo look, con más noticias, más quejas, la nueva temporada de “El internado” y lo que viene en Guindalera.

Como no podía ser de otra forma, os volvemos a pedir un favor antes de cerrar el chiringuito unos días. Nos gustaría que en vuestros comentarios dejarais alguna sugerencia / idea / propuesta para mejorar el blog, que nos contéis que os apetece leer, que quitaríais vosotros, que pondríais. Porque al fin y al cabo, este es un blog de Raúl para sus seguidores, y a gusto (casi siempre, vaaale) de vosotros tratamos de hacer las cosas.

Echadnos de menos.
En nada, nos tenéis aquí dando guerra de nuevo. ;)

Fotos, fotos y más fotos

Estos calores veraniegos tienen las neuronas de las administradoras del blog completamente fundidas, así que, chicos, no esperéis hoy una actualización demasiado intensa, ni tampoco demasiado ingeniosa, porque con este sofocón no damos para más :P

Siendo justas con nosotras mismas, nuestras neuronas no son las únicas culpables de la falta de ideas. El mes de agosto tiene las noticias sobre Raúl completamente paralizadas, y no tenemos novedades destacables sobre El internado, Molly Sweeney o sobre cualquier otro proyecto de Raúl, así que ni cortas ni perezosas hemos dedicido recuperar las fotos de Fermín en el último episodio de la quinta temporada que aparecen en la página oficial de Globomedia.

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Somos conscientes de haber elevado unas cuantas décimas la temperatura media del blog con la publicación de estas imágenes, pero queremos que el calor siga creciendo, y por eso dejamos también las fotos que en Globomedia dedican a la pareja fermaría. Disfrutadlas.

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Fermín en estado puro

Hace mucho tiempo que el pesimismo invadió nuestro blog sin miramientos. Esto no es reprochable si se tiene en cuenta que hemos tenido que ver como el personaje que en su día nos enamoró, nos hizo descubrir y admirar al actor que lo interpretaba, e incluso nos llevó a poner en marcha esta locura de espacio virtual, ha quedado reducido a la sombra de lo que un día fue.

Pero yo no quiero ponerme demasiado seria (¡hey!, es ficción :P), ni convertir esta entrada en otro artículo-protesta, máxime cuando, en verso o en prosa, ya hemos dicho todo lo que teníamos que decir al respecto. Lo único que pretendo es hacer un repaso en poco más de 8 minutos a la historia del Fermín que más nos gusta, a la historia de ese guerrero enamorado de cabeza fría en la guerra y corazón caliente en el amor. ¿Os acordáis?

Navidad, dulce Navidad

Los polvorones, los villancicos, los Reyes Magos, las burbujas Freixenet, ¡Qué bello es vivir!, las luces en las calles, la fiebre consumista. El espumillón, los buenos deseos, los petardos, el belén, el especial de Raphael, los muñecos de nieve, el “Vuelve a casa, vuelve,…” y “Las muñecas de Famosa se dirigen al portal…”. Las doce uvas, el calvo de la lotería, el intercambio de postales, Chencho en La gran familia, la capa de Ramón García, los anuncios de perfumes,…

Sí, lo sé, lo sé. 1 de agosto en el calendario, un sol de justicia en la calle, y en blog nos da por evocar las navidades. Consecuencias de que las administradoras estemos profundamente taradas, supongo.

Todo lo citado en el primer párrafo, forma parte del gran circo que irremediablemente se pone en marcha cada año cuando llega el mes de diciembre. Me he dejado en el tintero de forma premeditada el que tal vez merezca la consideración de número estrella en este espectáculo circense: la cena familiar de Nochebuena. Clásico entre todos los clásicos, la cena de Nochebuena reúne en torno a la mesa a primas, hermanos, tías, cuñados, suegras, yernos, sobrinas y demás familia. Como todos los demás ritos y costumbres navideñas, la cena de Nochebuena permanece prácticamente imperturbable a través del tiempo, y así año tras año, el tío Paco y el tío Antonio terminan enzarzándose en una terrible discusión sobre quién fue el culpable de malvender aquella tierra tan productiva, tu madre vuelve a contar aquel olvidable episodio de tu infancia que por más años que pasen no deja de hacer subir el rubor a tus mejillas, el abuelo termina contando la historia de la llegada al pueblo de la primera televisión, y del pisto que se daba el tío Macario por ser el propietario del invento, y la prima Carmen acaba cantándose “Hacia Belén va una burra” con una mano en la pandereta y la otra en la botella de vino que se está trincando ella solita.

Las cenas de Nochebuena de cada familia son un mundo particular, y Thornton Wilder decidió en 1925 coger papel y pluma y crear una familia para contarnos lo que se cocía en sus cenas navideñas, para así mostrarnos a través de ellas el paso inexorable del tiempo. La obra de Wilder recorre 90 años de la historia familiar de los Bayard, en los que vemos pasar por la mesa tres generaciones distintas y asistimos a la decadencia de la estirpe protagonista.

Unos cuantos años más tarde, en el 2004, La larga cena de de Navidad cobraba vida en el teatro de La Guindalera bajo la dirección de Juan Pastor, y con Raúl Fernández en la piel del egoísta padre de familia Tino, tal vez el personaje más detestable que el actor haya interpretado jamás junto con el mezquino Venguérovich de Platonov.

Los temas tratados en torno a la mesa de los Bayard no difieren mucho de los de cualquier otra familia, son conversaciones banales en apariencia con un recuerdo especial para aquellos que ya no están, pero su calidad poética nos recuerda que es el mismísimo Wilder quien pone las palabras en boca de los protagonistas.

El curso natural del mundo obliga a que, a lo largo de los 90 años en los que la obra transcurre, la vida y la muerte estén más que presentes. De modo simbólico, en un extremo del escenario tienen lugar los alumbramientos de los nuevos miembros, mientras que por el otro vemos desaparecer a los que fallecen a través de una cortina negra. En medio del tono jovial y lúdico que caracteriza a La larga cena de Navidad, el tema de la muerte se trata sin dramatismos, pero de modo que cada fallecimiento consigue conmover al espectador.

Wilder y Pastor atinan a mostrar también esa sensación de “repetición de secuencias” en las cenas navideñas de la que yo hablaba al principio de la entrada. A pesar del paso del tiempo, cada cena de los Bayard se parece sospechosamente a la del año anterior, de modo que aunque algunos miembros vayan desapareciendo, sus roles son asumidos por otros familiares: como suele decirse, algo tiene que cambiar para que todo siga igual.

La Guindalera puso en marcha La larga cena de Navidad en las navidades de 2004/2005 y repitió experiencia en las de 2005/2006 y en las de 2007/2008. Con estos antecedentes, esta vez no podemos decir con mucha seguridad que perdimos la oportunidad de ver el montaje, porque tal vez alguno de los próximos años decidan volver a la carga con la obra, y nosotros estemos allí sentados para verlo. ¿No os gustaría?