Día 6: Fermaría escarlata


El sexto día de la temporada le ha tocado en suerte a nuestra escarlata. Ella es la que, después de estas capturas del capítulo El vampiro, relata sus impresiones sobre el episodio para Nueve días, nueve fermarías.




Bueno, pues hoy me toca a mí hacer el resumen de este capi, así que os pido que seáis benevolentes: ni tengo la gracia de Vampi, ni la redacción de Parchis.

Para mi uno de los mejores capítulos en el que descubrimos una parte importante de la trama: ya sabemos quién es la cuarta huérfana.

Hay mucha telita hoy con el capítulo así que empezaré por partes.

Hoy por hoy, y pensé que nunca diría esto, la trama de Héctor me está gustando cada día más.

Me gusta el Héctor que no tiene nada que perder, el que saca información a una Elsa derrotada, el Héctor que vuelve a dar clases a sus alumnos y el Héctor que no se rinde para conseguir a la mujer por la que siente algo.

Y gracias a la insistencia por ir al catre, descubrimos que la cuarta huérfana, de la que no sabíamos su paradero, es ni más ni menos que Lucía.

Nos quedan aún muchas preguntas: ¿por qué se unió a los malos?, ¿conoce ella su pasado?, ¿por qué Héctor no mira el tatuaje en pleno acto sexual? En fin, preguntas que con un poco de suerte descubriremos pasado el 2011.

Me sigue gustando Noiret. Me gustó su F.B. y me gusta ver el lado sensible que puede llegar a tener. ¿Quería a su mujer? Yo creo que a su manera sí, pero ama más la parte que ambiciona y en una balanza le puede más lo segundo.

Gracias a su pericia, y por qué no, a la tecnología punta, Noiret descubre dónde esconde María los papeles, ni más ni menos que en las cisternas, anda que no hay sitios Xd.

A María a tonta a veces no hay quien le gane. ¿Dónde estaba esa mujer que encontró parte del tríptico?, ¿la que buscaba en el ordenador el pasado de Fermín?, ¿la que escondió un cadáver?, ¿dónde se ha metido? Queremos a ésa y no a la María que ahora se fija en un gira mochos, esconde unos papeles en una cisterna (gracias a dios le puso un plastiquito) y se mete sola en un cuartucho en plena amenaza del Noiret para dar veneno a las ratas. Menos mal que a veces tiene actos de lucidez y se escapa por el ventanuco para hacer lo que todas pedíamos a gritos: “Vete a por Fermín xd”.


Y Fermín mete la pata hasta el fondo con su chica. Lo siento, pero pese a su investigación debería ir detrás de la mujer que ama; ¿no se supone que iba a luchar por ella? Cabreo al canto, Belén enfadada y eso que me estaba gustando Fermín en todo el capi. Me gustó cuando habló con Rebeca y descubrimos que nuestro cocinero oculta aún mas cosas: ¿qué pasó en ese museo?, ¿llegó a matar en algún momento? Me gustó en el enfrentamiento con el hermano de Amelia y en la contestación que le metió al Nachete de los cojones.

En cuanto a los chicos, su trama ha estado interesante. Gracias a ellos y a su bajada a los pasadizos descubrimos que experimentan con los alumnos que no sacan buenas notas. De los tres alumnos fichados en las tres carpetas que se encontraron, dos están muertos: una es la emo, el otro es el sobrino del jardinero. Nos quedamos sin saber quién es el tercero, pero que leñe, somos "mu" listas aquí y a la pregunta de ¿quién es el infectado?, la contestación ya la sabemos. Venga nenas, todas juntas: NA-CHE-TE……

Sí, ese chico publicitario que anda con la Finder y que se niega a estudiar en las clases de Héctor, el tío que intenta vacilar al cocinero sin conseguirlo, es el tonto de remate. Y no lo digo yo sino el proyecto Géminis. ¿Al fin podré ver esa escena del "Siento dejar este mundo"?, ¿podremos librarnos de este gran actor?

La trama Naipes es la que más enganchada me tiene. Si ya sabíamos que Noiret era chantajeado, ahora descubrimos en una escena muy parecida a la del Padrino, que Camilo es otra víctima más; pero fijaros en un detalle, los naipes no son iguales.

¿Quién está detrás de todo esto?

Y acabo con Vicky, que pese a ser uno de mis personajes más odiados he de decir, que ayer dio tensión a la serie. Cuando pensábamos que la Finder se iba a convertir en un polo de Verano…………………….Zas, Ploff al canto: la chica sobrevive en los Archivos Secretos. Pero de todas maneras me hicieron creer por un momento que moría.

En fin, un capítulo que pese al alargamiento de esta temporada, consigue mantenerme pegada aunque sea un ratillo al televisor.

Para no perder las buenas costumbres, aquí os dejamos el vídeo con las escenas de Fermín en el capítulo:

Lo que ganamos en Montecarlo


No fue una Ninfa de Oro. Tampoco vamos a ser tan hipócritas como para decir que fue mejor que eso. Si Raúl, o incluso cualquiera de sus compañeros nominados, se hubieran traído a España el galardón del festival de Montecarlo, nos habríamos sentido más realizadas que aquel día que cobramos nuestro primer sueldo. Pero aquí, la que más y la que menos, todas somos medianamente realistas, y sabíamos que la competencia era dura y que era más que complicado que los nuestros se impusieran.

Aún así, en su momento ya lo dijimos, la nominación fue un premio. Más que por el hecho en sí, por el quién. Nos encontramos nominados a los cuatro actores que quizá más han demostrado en la serie, grandes nombres aparte. Quizá por primera vez se atisbaba una nominación justa, teniendo en cuenta su trabajo en la serie, su peso dentro de la historia y lo complicado de ciertas escenas a las que han tenido que hacer frente.

Una vez superada la emoción inicial de la nominación de nuestro cuatro actores fetiche (que os conozco :P), cuando uno ve el resto de la lista, viene el segundo premio. El reconocimiento que supone ver los nombres de Raúl, Yon, Blanca y Marta junto a los de los actores de Lost, The Tudor, Mad Men o Boston Legal.

El pasado jueves pudimos disfrutar del tercero de ellos. Saber que nuestros chicos han pisado la misma alfombra roja que los rostros más conocidos de la televisión mundial y que han sido nominados en las mismas categorías. ¿O me vais a negar que da vértigo pensar que Raúl competía directamente con el grandísimo Michael Emerson?

Por desgracia, no hemos conseguido demasiado material al respecto. O nuestros chicos son tímidos, o los fotógrafos que por allí pululaban no tenían ni repajolera idea de quién eran ésos españolitos tan elegantes y tan guapos. En algunas crónicas, incluso le cambiaron el nombre a nuestra Marta por el de Kerry Fox, aunque los piropos que le dirigieron sí eran indudablemente para ella. Podéis echarles un vistazo en el blog de Marta Torné.

Eso sí, en cuanto a Raúl no hemos tenido tanta suerte, y parece haber pasado más desapercibido por Mónaco, cosa que nosotras, en nuestro estado de admiración perpetua, no alcanzamos a entender. Es por ello que hemos tenido que recurrir a nuestra imaginación, y a nuestra corresponsal especial Nicole, para que fuera ella la que discurriera una crónica del paso de nuestro Raúl por el 49ª edición del Festival Internacional de Televisión de Montecarlo.

"I love this Spanish actor, Raul Fernandez. Those beautiful hazel eyes are enough to make any woman "perraca", "perraca". I've ran out of panties since I arrived here. The temperature of the place spikes every time he sets foot within a three mile radius (5 km for those in most parts of the world). The Montecarlo Festival will never be the same again. We must build a shrine to this man and worship it daily. We shall call it: the Church of the Perpetual Arousal. Fermarias, let's pray!"

Manifiesto Fermaría

No queríamos hacerlo.
Pero nos han obligado.
Seis capítulos de indiferencia han sido demasiados para nuestra infinita paciencia.
Es el momento de reivindicar nuestros derechos y realizar las solicitudes pertinentes.

Así pues, las adscritas al movimiento fermaría quieren hacer constar, en primer lugar, su necesidad física, psicológica, cognitiva y emocional de ver a Fermín y María interactuar en la serie. Sinceramente, nos importa un Hugo (es decir, nada) en qué términos tenga lugar dicho encuentro siempre y cuando la escena en cuestión contenga elementos que nos hagan albergar esperanzas de que esto tiene arreglo.

De no ser así, emprenderemos las acciones legales necesarias para que los guionistas de la serie, creativos, productores o quien sea competente en estos casos, nos resarza de los consecuentes gastos en psiquiatras, psicólogos, terapeutas, curanderos y el teléfono de la esperanza, derivados de nuestro sufrimiento semanal.

Reivindicamos también nuestro derecho a ponernos ñoñas, inundando en consecuencia webs y foros con nuestras creaciones en vídeo acompañadas de música de Alex Ubago o La Oreja de Van Gogh, suponiendo con ello un coñazo insufrible para el resto de la humanidad, hecho que podría conducir incluso al descenso de las audiencias.

Solicitamos, haciendo uso del derecho que nos da haber seguido fielmente la serie durante cinco temporadas, una muerte indigna y patética para el chandalero antes de que termine la presente temporada, en la que se destape su pasado como niño anuncio de Coca Cola y sus vínculos con los orígenes de los malvados Géminis. A ser posible, y si no es mucho pedir, quisiéramos que muriese a manos de Fermín, en un acto heroico de éste para salvar a María. Pero si nuestra solicitud se considera desproporcionada, y ya que los muertos no se sonrojan por pasear por el internado cuando les place, aceptaríamos una muerte en la que Nora volviese del más allá para fundirlo con sus dotes para las artes marciales.

Pedimos también perdón por nuestros pecados anteriores, y aceptamos la penitencia impuesta por creer, en algún momento, que estaría bien verles separados. Esperamos humildemente que la sanción impuesta hasta el día de hoy sea suficiente y que en breve, podamos ver de nuevo una escena de ésas que crearon el espíritu fermaría. Queremos miradas, gestos, medias sonrisas. Por querer, hasta queremos verles en la cama otra vez al comienzo de un capítulo, lo que demuestra que no somos sibaritas en nuestros gustos, sino que estamos, simple y llanamente, desesperadas.

Esperamos que nuestras solicitudes y ruegos sean escuchados antes de que terminemos sumidas en una regresión adolescente y reconvertidas en carpeteras fermarías, obligadas a leer éste y otros manifiestos en la vía pública y haciéndolos llegar a las autoridades.

Atentamente,

Las adscritas al club Fermaría.





PD: Si tú también estás hasta más arriba del moño del chandalero, si echas de menos el espíritu fermaría, puedes adscribirte al manifiesto dejando un comentario. ;)

Día 5: Fermaría parchis


Como veis, hoy me toca a mí comentar el quinto capítulo de la temporada de El internado para Nueve días, nueve fermarías, así que me ahorro las presentaciones y voy directamente al meollo de la cuestión. Eso sí, que la captura libidinosa de rigor vaya por delante:

Como quien no quiere la cosa, ayer con La promesa nos plantábamos en el ecuador de la quinta temporada de la serie. No tengo dudas; para mi fue un buen capítulo. Si no grande al nivel de algunos que todos tenemos en mente, al menos sí uno de ésos que consiguen mantener tu atención en todo momento, y que por ello cumple su función principal: entretener. Pero vayamos por partes:

Con La promesa tuvimos una buena ración de “clásicos de la serie”. ¿Eso es bueno? Pues eso depende del clásico examinado, y en esta ocasión hubo para todos los gustos, de los buenos y de los malos. Veréis a lo que me refiero:

Comienza el capítulo con Marcos colándose en la habitación de Elsa para hacerse con su recién descubierto hermano, y de camino a dondequiera que pensase ir, es interceptado por abuelito Wulf. ¡Guau! - pensarían los que no conocen a los guionistas como si los hubieran parido - ¡abuelito Wulf ha llegado hasta el internado!, ¡qué fuerte, qué fuerte, qué fuerte!, ¡qué bien pinta esto! Sin embargo, los que ya nos conocemos los recursos más manidos de los que escriben la serie, adivinamos que se trataba del primer clásico que el capítulo contenía: los momentazos que te dejan ojiplático, para después descubrir decepcionado que todo fue un sueño del protagonista. Afortudamente, después de esos momentos suele llegar la cortinilla que da comienzo a la serie, que te da unos segundos para despotricar a gusto contra la tomadura de pelo manifiesta.

Otro de los clásicos recuperados llega pocos minutos después, cuando vemos en las duchas a muchachos de torsos musculados, con una toalla de un horrendo color rosa a su cintura (¡ojo!, que la toalla sea de ese horrendo color rosa es imprescindible para que el momento pueda ser catalogado como clásico xD). Entre estos chicos de buen ver estaban Iván y Marcos, cuya relación conforme avanzan los capítulos va estrechándose más y más. En cualquier caso, ayer valió la pena su acercamiento, porque pudimos ver a un Yon González más que creíble en su versión “rostrocompungida” de Iván, anunciando a su amigo la supuesta muerte de su hermano. No puede decirse lo mismo de Martín Rivas, que en todo lo que va de serie, no ha conseguido hacerme creer ninguna de sus escenas dramáticas. Pero ése no es el tema, volvamos al capítulo.

El tercer clásico llega de la mano de los discursitos “flowerpower” que Héctor se marca habitualmente con las niñas. Esta vez la interesante temática de su speech fue el sexo (con amor, of course) y todos sus secretos. Él, por su parte, parece querer poner en práctica todos esos secretos con una Lucía entre dos tierras, navegando entre la atracción por Héctor y su compromiso con Géminis. La trama de las niñas, eso sí, resultó tan cargante como de costumbre, pero en esta ocasión se les puede disculpar su dificílmente diregible discusión en torno a la posibilidad de que Jacinta hubiese vivido en una cueva, porque gracias a ellas llegamos al punto álgido del capítulo: Héctor descubriendo que Noiret y los suyos tuvieron secuestrada a la Espí. Si sacan provecho a esta nueva circunstancia, podría llegar al fin ese giro que el personaje de Héctor lleva pidiendo a gritos tanto tiempo. Bien es cierto que el modo de hacer el descubrimiento no estuvo especialmente trabajado a nivel de guión, pero si tenemos en cuenta la de revelaciones que los personajes de esta serie tienen gracias a los superpoderes con los que la madre naturaleza los ha dotado, es hasta de agradecer esta forma de enterarse tan mundana. Y se agradece más aún cuando en el mismo capítulo nos torturaron con la versión húmeda de mamáCasper. Me enerva que rellenen minutos a base de apariciones fantasmales que no aportan nada hasta el último segundo (porque doy por hecho que ocurrirá lo mismo que con Cayetano: revelación en el último episodio de la temporada de que su marido la asesinó). Si al menos se complementasen con una buena estética, como ocurrió hace un par de capítulos, este tipo de escenas serían permitibles, pero así se quedan simplemente en absurdas.

Y llegamos a otro clásico más: el de malos jodiendo el enésimo intento de los chicos de contar al mundo la verdad. Sorprendentemente me gustaron Marcos y Carol encerrados en el cuarto de calderas, apoyándose el uno al otro, y temiendo por sus vidas. Creo que en todo lo que va de serie, esa escena fue la más destacable de su insulsa historia de amor. No obstante, el desmayo de Carol en el momento justo en el que Marcos poco menos que le jura su amor eterno, me resultó demasiado peliculero. Cosas del amor en la ficción, supongo.

El siguiente clásico es de los que molan: los flashbacks de infancia de los personajes. Todavía no me ha decepcionado ni uno sólo de ellos, y ayer el de Rebeca siguió la tónica de los anteriores. Vale, es verdad que no explicó absolutamente nada nuevo; todos sabíamos a estas alturas que Rebeca te toca y le hace un éscaner a tu pasado, pero nuevamente la minihistoria que nos contaron a través del flashback, el cuidado rodaje, y la interpretación notable de la niña, hicieron que éste se convirtiera en otro de los grandes momentos del episodio. Más decepcionante fue la causa por la que Rebeca se convirtió en cazanazis de profesión: personalmente me atraía mucho más la posibilidad de que los nazis hubiesen experimentado también con ella, y que su interés por destruirlos se justificase más allá de que sus abuelos estuvieran en un campo de concentración.

Hasta nuestro Fermín nos regaló ayer un clásico. Y éste es de los más míticos, porque si no me equivoco no ha faltado ni en uno sólo de los capítulos. Se trata de la publicidad sútil, casi inapreciable al ojo del espectador medio, que los guionistas incorporan con gracia y donaire a la trama. Después de ver al cocinero derrapando cual Carlos Sáinz en sus buenos tiempos, la publi se integra perfectamente en el guión, y Fermín suelta por esa boquita "Con este coche llegas a todas partes”. Y se queda tan ancho. Sin embargo, se le puede perdonar este “despiste”, porque nos regaló (¡por fin!) un momento muy tierno con María. Resultó hasta doloroso para toda buena fermaría, verle tirar las tortitas a la basura después del rechazo de su amada. Fue casi tan doloroso, como gratificante fue ver su carita cuando Rebeca le pregunta en la habitación si quiere mucho a María. Aquí sigue habiendo mucho tomate, y aunque ahora la Mari lo flipe con el chandalero giramochos (una de las mejores escenas románticas de la serie, léase el sacarmo), creo firmemente que la reconciliación, aunque se haga esperar, acabará por venir.




Otro clásico que recuperaron fue un cierre de capítulo con suspense. Ya era hora, porque esta temporada parecían haberse olvidado de los cliffhangers (atentas a la palabreja, ¡lo que se aprende por el foro y el blog! :P). Tenemos a Noiret enfrentado con el policía al que su hijo le ha denunciado. Lo más probable es que este sujeto esté metido en el ajo, y la cosa no vaya más allá de una buena reprimenda por parte de Géminis, o mejor aún (y más probable), que esto sea el desencadenante del principio del fin de Noiret. Por mucho menos, los suyos se cargaron a Mateo, ¿no?

Y para acabar, llega una petición: que recuperen a la Elsa clásica. Ayer me gustó mucho todo lo que giró en torno a ella. Creo que el hecho de alejarla de Samuelín es un acierto, porque pudimos vislumbrar de nuevo a una Elsa sufriente y atormentada (¿os acordáis de cuando después del aborto recibió la cuna que había encargado para sus bebés ?). Y lo que le queda, porque se intuye que al lado de Noiret lo va a pasar muy mal. Dudo mucho que con el sufrimiento, recuperemos también la soberbia, la prepotencia y ese punto de mala leche que acababan de hacer al personaje redondo, pero yo incluyo también estos puntos en mi petición.

En resumen, La promesa me resultó un buen capítulo de mitad de temporada, especialmente si, como toca, el ritmo de los siguientes va in crescendo. Que así sea.

Como de costumbre, os dejamos aquí el vídeo con todas las escenas de Fermín en el capítulo.




Y el artículo de hoy viene con bonus track; aquí está la intervención de Fermín en los Archivos secretos Justicia o venganza (Muchas gracias a Jessica por el vídeo ;)
)

Laberinto de amor

Shakespeare, Chéjov, Wilder o Pinter son algunos de los célebres autores de las obras que viajaron desde el papel hasta las tablas del teatro de La Guindalera. Este plantel de grandes nombres de la literatura universal hacía casi obligatorio que nuestro autor más internacional, Miguel de Cervantes (aclaración para las “víctimas” de la ESO), tuviera también su hueco en esta pequeña sala.

A partir de uno de los talleres de investigación de La Guindalera dirigidos por Juan Pastor, Raúl de Tomás (sí, hombre, sí, si le conocéis; es el autor de Descomplicaciones, el que escribió también La agencia y Bendita locura, ¿os acordáis ya?), realiza una versión de Laberinto de amor. Esta obra forma parte del “teatro frustrado” de Cervantes, o lo que es lo mismo, es uno de los textos que el autor no pudo llegar a estrenar en su tiempo porque no se ajustaba debidamente a los cánones teatrales de la época.

Aunque La Guindalera se mantiene fiel al texto de Cervantes, su versión consigue desenmarañar la confusa trama original mediante una adaptación clara y ágil pero también muy actualizada, con música de tintes barrocos y renacentistas y con una estética muy próxima al cómic, que probablemente fue la responsable de que Raúl apareciese en escena de esta guisa:


Laberinto de amor tiene una clara inspiración en el género caballeresco, del que el propio Cervantes hizo una genial sátira valiéndose de un ingenioso hidalgo mundialmente conocido, Don Quijote de la Mancha (nueva aclaración para los damnificados por la ESO xD). Aunque la obra que nos ocupa se encuadra dentro este género, el texto destila por todos sus poros la mordacidad característica del autor, en esta ocasión usada para reprobar los matrimonios impuestos por los padres que van en contra del verdadero amor.

La historia tiene un comienzo simple: La joven Rosamira (Ana Alonso) está enamorada de Dagoberto (Álex Tormó), un príncipe sin dinero; pero su padre (Morgan Blasco) tiene planes muy diferentes para ella ya que está decidido a casarla con Manfredo (Raúl Fernández), un duque con mejor posición económica.

Para complicar más la ya de por sí enredada trama principal, no faltan personajes que emulando la letra de la archifamosa canción de Camilo Sesto “van a enamorarse de quien de ellos no se enamora”. Es el caso de Anastasio (Felipe de Andrés), que está colado por la dulce Rosamira; o el de Julia (María Pastor), que a su vez anda detrás del amor de Manfredo. También el de la resuelta Porcia (Susana Hernáiz), que loquita por los huesos de Anastasio, cierra este complicado círculo de amores no correspondidos.

Este batiburrillo de sentimientos amorosos conduce a una serie de enredos, que van desde las falsas acusaciones de amancebamiento contra Rosamira, hasta las andanzas de caballeros decididos a defender a cualquier precio la honra de la doncella ultrajada, o las argucias de mujeres que se enfundan en disfraces masculinos para conseguir sus propósitos. El embrollo desemboca finalmente en el triunfo del amor verdadero entre Dagoberto y Rosamira y, dicho sea de paso, en la consecución de los objetivos amorosos de las tres mujeres de la obra.

Una vez más llegamos tarde a otra obra representada en La Guindalera que pudo resultar interesante, en este caso por lo que tuvo de experimental. Pero afortunadamente, también una vez más disponemos de una ventana que nos permite asomar nuestras cabecitas al montaje. Aquí está el tráiler de Laberinto de amor:

Cien entradas. Un regalo.

Parchis: “He encontrado una web donde mencionan a Raúl”.
Chiqui: “¿Y qué dice?”
Parchis: Es una web de una compañía de teatro que no había oído nombrar nunca, pero sale su nombre…
Chiqui: ¿Qué personaje hacía?
Parchis: No lo pone.
Chiqui: ¿Y de qué iba?
Parchis: No lo sé, pero también se le ve de espaldas en una foto.
Chiqui: ¿Tú crees que eso da para un artículo?
Parchis: Si apuramos, para dos.


Es sólo un ejemplo de las miles conversaciones que podríamos haber tenido. Las ha habido mucho más extensas, más histéricas, con más improperios. Pero es un buen ejemplo de lo que supone subir una entrada a este blog. Por eso, en este caso, cien entradas sí son muchas. Y se merecen una pequeña celebración.

Empecemos por una foto inédita, ¿vale? No se os ocurra quejaros. Cuando empezamos con esto, sólo teníamos las fotos de su book, y cada entrada que hacíamos contenía una de ellas, por lo que con el material existente habríamos llegado a la entrada número doce. Eso por no hablar de vídeos o cualquier otro tipo de material. Más de una vez hemos dado con tres o cuatro minutos de vídeo en los que aparecía Raúl, y lo hemos partido en dos para que nos diera para dos entradas. Verídico.
Vale, me callo un momentito, aquí tenéis la foto.


Puedo leer vuestros pensamientos desde aquí. Sé lo que habéis pensado cada una mirando esa foto. No es mérito mío, es que nuestra conexión mental es digna de estudio. O quizá sea el hecho de que todas tendemos a tener la mente igual de sucia.

¿Cómo que queréis más? ¿Estáis seguras? Mirad que el exceso de material no es bueno. Hubo una época en la que nos sacábamos artículos de la manga con cualquier No-Acontecimiento. Como no había fotos, ni noticias, ni novedades, se podía sacar un artículo del hecho de que no le nominaran a un premio. O de que Fermín no hiciera una determinada cosa que nosotras esperábamos que hiciera. En las últimas semanas, de repente, un alud de material ha caído sobre nosotras, y nos ha dejado prácticamente sin tiempo para actualizar. Pero bien es cierto el dicho, sarna con gusto no pica. ;)
Así que venga, más fotos.

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Ahora huelo vuestra impaciencia.
¿Este era el anunciado regalo?
Estúpidas, se les ha subido a la cabeza esto de tener un blog ¿eh?
Cómo se enrolla esta tía siempre…


Así que aquí lo tenéis. Todo para vosotras. De su puño y letra.
Para todas las chicas del blog. Para Vampi, Escarlata, Samureta, Nicole, Bea, Marina, Ana, Jessica, Luna, Nuria, Lau, Eva, Galatea, Elena, Lucía, Ro, Ciry, Vanessa, Sandra, Nidia, Elena García, Yuna, JeMiMa, Parchis, la que aquí escribe y todos aquellos que, de una forma u otra, habéis colaborado para que tengamos ya cien entradas.


Gracias, muy especialmente, a todos los que habéis colaborado en estas cien, y por favor, no nos abandonéis para las mil siguientes. Vosotros ya sabéis quién sois, no hace falta que diga nada, ¿verdad? ;)

Día 4: Fermaría Vampi



Llega el momento de destripar La novia cadáver. Esto puede haber sonado un poco gore, pero es que La novia cadáver es el título del cuarto capítulo de la quinta temporada de El internado, y nuestra Vampi (¡gracias Carmen!) la encargada de analizar cada detalle del capítulo (o sea, destriparlo) para Nueve días, nueve fermarías. Ésta es su divertida perspectiva; no os la perdáis:


He estado toda la noche dando vueltas, de acá para allá, intentando saber si el capítulo de Ei ha sido bueno o no. Es cierto que ya no es lo que era, tampoco causa el mismo efecto en mi; no me mantiene en vilo, no me sorprende de la misma manera… es lo que tiene tratar a una serie de éxito como si fuese un chicle tirado en la acera. Pero la verdad es que me ha gustado.

Llevamos cuatro capítulos, dos de ellos pésimos que hicieron replantearme el seguir con la serie o no y otros dos que, personalmente, me han gustado bastante… o al menos no he cambiado de canal, jajaja.

La cuestión es… ¿Qué he visto yo hoy (y ayer) que vosotras no hayáis visto?

Esta es mi humilde opinión:

22:30, escena 1. Los pasadizos y la nueva pareja gay del momento. Esos arrumacos son dignos de estudio.

Ya no está el ataúd… ¿previsible? Claro que sí y me jode. Empezamos bien si en los dos primeros minutos de capítulo ya nos están mareando la perdiz para alargar la trama.

Escena 2. ¡¡ Noooo dios mío!! Ya está aquí el meoncete y con él mi peor pesadilla hecha realidad. He de reconocer que fue ver el pis del repelente (recientemente apodado el nenuco meón) y ponerme a pensar en mis cosas.

Tras dos minutos ausente vuelvo a mirar y…

¡¡ Aaaaaaaaahhhh!! Gritito de Paula. Sonó como si hubiese visto una mancha en su vestidito más cool… bueeeno, no. Si hubiese sido eso seguro que le habría puesto más entusiasmo. Soy yo que con 8 años (o los que tenga) veo a una emo muerta en el baño y todavía me estoy meando en la cama a mis 23 añazos.

Y tras 5 minutos escasos de internado Carmen se pone nerviosa… ¿Cambio? ¿No cambio? ¿Cambio? ¡Joder!.... ¿Y qué veo yo si no?

Pero la suerte cambia y empieza a remontar. Gracias a Dios.

Los chicos - Mi Blanquita estaba especialmente guapa. Carol vuelve a tener algo de protagonismo pero parece ser que si no es de la mano del Mamacito no tiene nada que hacer. Roque suele caerme bien, al contrario que al resto de la humanidad, pero esta vez se ha pasado sin motivo ninguno. Él ha sido el que ha provocado a Iván desde un principio, no sé si es que le tiene envidia o simplemente está falto de sexo, pero me sacó de quicio… Gracias a Dios que le van a secuestrar o algo, jajaja.

He orgasmizado con ese “No, no se puede.” de Iván al chandalerosonrisillafalsa. ¡Casi me muero del placer!

Elsa- Si los guionistas se diesen cuenta de que ni tan siquiera pedimos más protagonismo de esta mujer, tan solo que sea la misma de siempre… Podrían hacer la prueba, un capítulo como el de hoy pero con un par de borderías de Elsa, una frase célebre de Jacinta y seguro que mejoraría enormemente.

Noiret- Está muy exaltado, muy nervioso. Demasiado. Quiero saber que es eso que grita en otro idioma, porque telita telita.

Ya lo he dicho y aunque a muchos no os guste Noiret debe morir. ¿Por qué? Porque si los guionistas se han arriesgado a meterle en problemas con los altos cargos de Géminis, no pueden mantenerle con vida mucho tiempo. Él es un don nadie comparado con el señorito Ritter Wulf y sus amigos.

Héctor de la Vega y la médico arrugada- Debo estar enfermando o algo porque me ha gustado Héctor con Paula. Esas caritas que ponía. ¡Ay! Qué ternura. Lucía con Noiret por un momento hasta me gustó, ya he dicho que debo estar incubando un virus, porque no lo entiendo… Sin embargo eso fue ayer porque hoy me ha parecido horripilante. ¿Por qué pone esas caras y estira el cuello hacia un lado para hablar? ¿Por qué pone esas entonaciones? No puedo con ella, con sus arrugas, con sus orgasmos, con sus… NADA! Lo siento, me he dicho a mi misma que no me iba a meter con la xuxa porque éste no es mi blog, pero es superior a mis fuerzas.

Bueno, aún así quiero saber porque es mala… (no hablo más porque digo spoilers)

Amelia y su hermanito- Amelia me gusta, me gusta su papel y hay veces que me llega bastante; pero nunca me ha llegado a parecer el gran personaje que a muchos os parece…

Hemos visto las amenazas de primera mano, la tensión a la que está sometida y me ha encantado. Fernando tiene algo que me atrae, aunque es muy blandengue para mi… quizá no tanto para Carol que casi se lo come con la mirada.

Los Mosqueperriños con Javier Holgado- Hemos sacado por un día a Lucas del grupo para meter al gran Javier Holgado. Pero cualquier intento es nulo. Me aburren, me aburren y me vuelven a aburrir. Y de repente… aparece un ángel llamado Iván para hacerme más agradable el momento. Mil escenas de Marcos y Paula no conseguirían tapar un solo segundo de este adorable chico con la niña robótica.

María y el chulito de playa- Este tío no tiene vergüenza a la hora de ligar y tampoco a la hora de mirar por la que, supuestamente, va a ser su chica. A mi me deja la habitación así y le tengo haciendo flexiones (no penséis mal) hasta el año que viene.

Sin embargo yo no soy María (por desgracia para mi Ferminidad) y a ella parece encantarle que la traten así. Lo siento, pero la he visto todo el rato con ganas de saltarle a la yugular para procrear y todo lo que se la ponga por delante.

Martin, el meón y phoebe2- Nada que decir. Sabía lo de la phoebe2 desde el primer momento, ¿verdad Belén?

Y tanto bombo para saber todo el rato que el maldito sueño era que la Rebequita iba a hacer gritar a Martin… pero no de dolor, estaba claro. Patético, lo más patético de toda la temporada.




Fermín y el Viejo
- Yo no sé si es porque Raúl cada día está más guapo o que el verano me altera (no digo más que la chiqui me censura) pero ayer su trama me gustó y mucho. El Viejo sabe que Wulf está vivo y eso abre nuevos frentes de investigación de la buena. O eso espero, que Fermín no haya perdido muchas cualidades y esta vez no cruce un parque a través siguiendo a un viejo de cadera postiza… para al final no pillarle. *cara de desesperación*

Los Flashbacks de los nazis me han gustado en toda la temporada, muy bien montados. Y esta vez no iba a ser menos. Los niños me han encantado y el niño que hace del padre de Fermín me ha enamorado.

Tenía pensado aprovechar la oportunidad que me habéis brindado para decir que no me gusta Fermín en equipo, pero con quien no me gusta es con la “a-divina”. Gran capítulo con los dos mejores personajes de la serie actuando de la mano y la tercera al teléfono y liándose con el papi… ¡que es a lo que has venido guapa! No quieras hacer sombra a Diostodopoderoso porque no le llegas ni a su dedito peque del pie.

Y ya está. Solo decir gracias a todos por leerme y por haberme dejado despotricar a gusto.

Aquí está
el vídeo con las escenas de Fermín en el capítulo. Hemos incluido también el flashback de Belzec porque está directamente relacionado con la trama del cocinero, y porque por vuestros comentarios, deducimos que ha tenido buena acogida entre las fermarías: